Desde niña, siempre supe que quería ayudar a los demás. Mi camino me llevó a convertirme en maestra, trabajando con niños pequeños durante una década. Parecía que esa era la profesión ideal para cumplir mi propósito. Pero con el tiempo, me di cuenta de algo: mi impacto en sus vidas, aunque significativo, era solo un pequeño grano de arena en un mar infinito. Esa sensación de vacío, de querer hacer algo más grande, empezó a crecer.
Fue entonces cuando decidí cambiarlo todo. Dejé atrás una vida aparentemente estable —un piso, una pareja de casi 10 años, y hasta mi querido perro— para mudarme a Estados Unidos. En aquel momento no lo sabía, pero ese sería el inicio del viaje más importante de mi vida: el de descubrir quién era realmente.
A miles de kilómetros de casa, comprendí algo doloroso pero liberador: había pasado años complaciendo a los demás, buscando aprobación, mientras me olvidaba de mí misma. Fue entonces cuando encontré una herramienta que cambiaría mi vida para siempre: la meditación. Aprendí que las emociones no tienen que controlarnos, y que tenemos el poder de decidir cómo responder a lo que nos sucede.
De vuelta a España, mi vida dio otro giro. Dejé mi trabajo como maestra, decidida a explorar una nueva forma de contribuir al mundo. Fue un salto al vacío, pero también una oportunidad para redescubrir mi esencia. Ese camino me llevó a Granada, donde mi vida personal floreció: encontré a mi pareja, me convertí en madre, y descubrí que, al igual que yo, muchas mujeres están buscando su lugar en el mundo.
En lo profesional, encontré mi verdadera pasión: el coaching. Al trabajar con mujeres en sus propios procesos de transformación, entendí que mi misión era guiarlas en sus momentos más cruciales. Hoy, como coach de vida, estoy aquí para ayudarte a convertirte en la mujer que siempre has sido, esa que está lista para vivir desde su esencia y propósito.
Creo profundamente que todas llevamos un diamante en bruto dentro de nosotras. A veces, la vida nos cubre con capas de miedo, expectativas y dudas. Pero cuando nos permitimos mirar hacia adentro y pulir ese diamante, brillamos como nunca.
Si estás lista para empezar tu gran aventura de ser tú misma, estoy aquí para caminar a tu lado. Porque esta vez, el viaje no es para complacer a nadie más. Es para ti. Y créeme: el resultado será una vida que no solo ames, sino que te haga sentir plenamente viva.
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